“Be patient toward all that is unsolved in your heart and try to love the questions themselves, like locked rooms and like books that are now written in a very foreign tongue. Do not now seek the answers, which cannot be given you because you would not be able to live them. And the point is, to live everything. Live the questions now. Perhaps you will then gradually, without noticing it, live along some distant day into the answer.” - Rainer Maria Rilke
This has been one of my favorite quotes for a while now. It was introduced to me by an acquaintance who tucked it into a letter they wrote me when I was on a retreat. It has continued to follow me on my journey, like a close friend who knows just when to speak up and when to fade into the background for a while.
When I read it today it reminds me that the things I don’t yet know, the parts of myself that I have yet to fully understand and integrate, are not yet ready to be known and invited in. It reminds me to continue to stay open so that I don’t miss anything; that I have to be alert or I might miss the sign or the information or the person I’ve been waiting for. It reminds me that I’m right where I need to be and that there are forces outside of my control that know what I need in this moment.
And that if I can just surrender to that, I will know when to engage and when to step back, I will know when to go towards, and when to walk away. We have so much more wisdom within each of us than we give ourselves credit for, it just requires some allowing and some trust to really be able to drop into the actualization of our potential.
“Ten paciencia con todo lo que está sin resolverse en tu corazón y trata de amar las preguntas en sí, como habitaciones cerradas con llave y como libros que ahora están escritos en una lengua muy extraña. No busques ahora las respuestas, que no te pueden ser dadas porque no podrías vivirlas. Y el punto es vivir todo. Vive las preguntas ahora. Quizás luego, gradualmente, sin darte cuenta, vivirás un día lejano en la respuesta." - Rainer Maria Rilke
Esta ha sido una de mis citas favoritas desde hace un tiempo. Me la compartió un conocido en una carta que me escribieron cuando estaba en un retiro. Esta cita me ha continuado siguiendo en mi viaje, como un amigo cercano que sabe cuándo hablar y cuándo desaparecer por un tiempo.
Cuando lo leo hoy, me recuerda que las cosas que aún no sé, las partes de mí misma que aún tengo que comprender e integrar por completo, aún no están listas para ser conocidas y exploradas. Me recuerda que debo continuar esperando con paciencia, abierta a mi presente para que no me pierda nada; que tengo que estar alerta o podría perder el letrero o información o la persona que he estado esperando. Me recuerda que estoy justo donde necesito estar y que hay fuerzas fuera de mi control que saben lo que necesito en este momento.
Y que si puedo rendirme y entregarme a esa idea, sabré cuándo involucrarme y cuándo dar un paso atrás, sabré cuándo ir hacia adelante y cuándo alejarme. Tenemos mucha más sabiduría dentro de cada uno de nosotros de lo que pensamos, solo requiere un poco de permiso y algo de confianza para poder realmente entender conscientemente nuestro potencial.